67 EL GRAN MANDAMIENTO

EL GRAN MANDAMIENTO

(Marcos 12:28-34)

¿Excluyen estos versículos la divinidad de Jesús? ¿Qué dioses pugnan por la preeminencia en nuestros corazones? ¿Qué implica amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas? ¿Y a tu prójimo como a tí mismo? ¿Es esto posible?

Un escriba inquieto.

(Mr 12:28) “Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”

Esta escena solo aparece en los Evangelios de Mateo y de Marcos. En Mateo el relato es breve y tiene como protagonistas a los fariseos. Estos quieren tentar a Jesús, sorprenderle en algún fallo. En Marcos el relato es más detallado y se escribe desde el punto de vista del escriba, que sin duda era fariseo y posiblemente comisionado por el resto para preguntar. Sin embargo, a diferencia de sus compañeros, este hombre estaba profundamente impresionado por la sabiduría de Jesús.

Llama la atención que después de la respuesta de Jesús, este le dice: “Bien, Maestro, verdad has dicho,” (Mr 12:32). Y Jesús le responde: “No estás lejos del Reino de Dios” (Mr 12:34).

Esto nos habla de esas personas que aunque cuenten entre los que se oponen, llegan a simpatizar con Cristo y su causa, que Dios puede llegar a usar, y sin embargo no se deciden a identificarse con Jesús. En este caso es conveniente recordar que estar cerca no es lo mismo que estar dentro. Si no hay una decisión por Cristo cerca es lejos. El casi sí no es opción.

La importancia de la pregunta ¿Por qué? ¿Qué implica?

Lo hemos dicho en varias ocasiones, los escribas eran estudiosos de la ley y las tradiciones, por tanto, además de capacitados para copiar los textos sagrados eran un expertos juristas. La cuestión es ¿por qué esta pregunta?

Había 613 mandamientos, 248 positivos y 365 prohibiciones. Con tal cantidad se entiende la tendencia a clasificarlos, e incluso en condensarlos.

Y después estaba la cuestión, ¿Qué hacer cuando dos de ellos entraban en conflicto? ¿Cómo determinar la importancia de uno sobre otro? Había varias tendencias: Los que daban más importancia a los referentes al sacrificio, a los relacionados con la circuncisión, o con el sábado. Para otros el criterio era el castigo por el incumplimiento. Además estaba el conflicto con los saduceos, que no contaban los mandamientos de la misma forma que los fariseos.¹.

Estaban pidiendo a Jesús que se mojara en una cuestión controversial, para los fariseos una oportunidad de buscarle un fallo, para el escriba una oportunidad de arrojar un poco de luz.

“¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”. Como escribe Francisco Lacueva, la pregunta no se refería “a la prioridad de orden, sino al peso, dignidad e importancia de los mismos.”². Como dice otro expositor: ¿Cuál es la expresión suprema de Su Voluntad? ³. Se está pensando en “ese mandamiento” que como un hilo de oro da unidad o da sentido a todos.

Jesús nuevamente sorprende quedándose al margen de las escuelas teológicas para volverse a la enseñanza puramente bíblica: ¿Qué dice la Revelación?

La respuesta de Jesús.

(Mr 12:29-30) “Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.”

El Señor cita el Deuteronomio, concretamente (Dt 6:4-5), uno de los libros de Moisés que forman el Pentateuco. Estas palabras forman parte del Shemá., la confesión de fe fundamental del judaísmo. El nombre se toma de la primera palabra de Dt 6:4 en hebreo. “Oye (Shemá) Israel”. Según los rabinos estas palabras debían recitarse dos veces al día, en la mañana y la noche (Dt 6:7).

Un dato interesante, solo Marcos cita el “Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.” Mateo pasa directamente al que sería el principal mandamiento: “Amarás al Señor tu Dios…” ¿Por qué? no lo sabemos con certeza.

Quizás tenía en mente el contexto pagano en el que vivían sus lectores, especialmente en Roma, donde tantos dioses pugnaban por ocupar un lugar supremo, y donde había uno que reclamaba ser el Señor de todos y exigía adoración, nos referimos al emperador romano.

De la misma forma que el israelita aprendió que “El Señor, Yhv, es uno”, es decir que no hay entre los dioses de las naciones ninguno que pueda llevar Su Nombre (Dt 4:39), que Solo Él es el creador de todas las cosas, que Solo Él cuida de Su pueblo y cumple sus promesas, y que todos los dioses son falsos; también los cristianos debían recordar que solo hay un Dios verdadero, que cuida de su pueblo, que cumple sus promesas, y ante el cual todos rendirán cuentas (Hch 17:30-31). Los demás son dioses falsos, Él no se ha revelado a otros pueblos y culturas con diferentes nombres (Is 42:8; 43:10; 44:6-8) (Ro 3:29-30) (Hb 1:1-2).

Un mensaje que tiene que ser proclamado en el día de hoy, donde tantos dioses pugnan por la preeminencia en los corazones de los hombres, y prometen dar esperanza o sentido a sus vidas. Y cuando digo dioses no me refiero solo a representaciones de supuestas divinidades, hay mucho politeísmo en este mundo y que atrae a muchas personas en nuestro mundo occidental, también los hombres han hecho de la ciencia, de la filosofía, de la política, del arte, del deporte, un ídolo. Son su esperanza de vida. Y en muchos casos terminan trastornando y esclavizando a las personas.

Sin embargo el hombre fue creado por Dios y para Dios, y su alma nunca encontrará el bien supremo separada de Él (Is 55:2) (Jn 8:31,32) (Jn 14:6).

Un mensaje que también los cristianos necesitamos escuchar. A lo mejor nos resistimos a inclinarnos ante los dioses del sexo, placer desenfrenado, el alcohol, las drogas, pero son muchos los cristianos que se han inclinado ante los dioses modernos del trabajo, el éxito, la moda o el dinero entre otros.⁵. Aunque sabemos que le pertenecemos a Dios y vivimos para Su Gloria, muchas veces vivimos más enfocados en el yo que en Cristo. Recordemos, Solo Dios es digno de toda adoración. Quien único puede comprometerse con nuestro cuidado y nuestra Salvación es Dios. Y Él quiere de nosotros devoción completa, no como un requisito para la Salvación pero sí para experimentar sus promesas de paz, comunión y victoria en esta vida.

Una pregunta que surge aquí es ¿No excluyen estos versículos la divinidad de Jesús? Así usan este texto los unitarios, los Testigos de Jehová y otros grupos que niegan la Trinidad o la divinidad de Jesús. Dos cosas respecto a la expresión el Señor nuestro Dios, el Señor uno es” en Deuteronomio 6:4. ⁶.

– Que el vocablo hebreo traducido uno es ejad, y admite la existencia de una unidad compuesta, el mismo que se usa para decir que la suma de la mañana y la tarde son un día (Gn 1:5) o  que el esposo y la esposa son “una sola carne”(Gn 2:24). Si se hubiese querido destacar la absoluta unicidad de Dios, entonces se debería haber empleado la palabra yajid.  

– Por otro lado están las evidencias gramaticales, las combinaciones que se hacen entre plural y singular cuando Dios habla: (1) Aún cuando Elohim y Adonai son términos plurales (literalmente Dioses y Señores) que normalmente se conjugan en singular sugiriendo esa unidad en la pluralidad de la Divinidad que después aparece en el Nuevo Testamento. (2) También ocurre al contrario, cuando los verbos o pronombres que los acompañan rompen con la normalidad y aparecen en plural, sugiriendo esa pluralidad que después vemos en el Nuevo Testamento (Gn 1:26-27) (Is. 6:8). 

El Nuevo Testamento enseña lo mismo que el A.T., que solo hay un solo Dios verdadero: (Ro 3:30) (Ef 4:6)⁷ . (1ª Tim 2:5). Y a la misma vez llama Dios a Jesús, y le coloca al mismo nivel que al Padre (Ro 9:5) (Ti 2:13) (2ª Pe 1:1) (1ª Jn 5:20) (1ª Co 8:6) ⁸.

La enseñanza no es que hay dos dioses, Jesús y el Padre, o tres dioses, el Padre, Jesús y el Espíritu Santo o la virgen María, como dicen los musulmanes. La enseñanza es “Solo hay un Dios, pero en la perfecta unidad que es Dios hay una eterna distinción entre tres personas que reciben el título de “Dios” y “Señor”.. W.T. Conner escribe: “Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, cada uno de ellos es distinto de los otros, y, sin embargo, sólo hay un Dios.”¹⁰.

El primer mandamiento de todos.

Y a continuación Jesús responde a la pregunta señalando cuál es el principal de los mandamientos. “Principal”, protos en griego, da lugar a nuestra palabra española protagonista, el personaje central alrededor del cual gira la obra.

(Mr 12:30) “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.”

Es una consecuencia lógica. Si solo existe uno que verdaderamente es Dios, entonces Él debería tener toda nuestra atención, debería llenarlo todo.

Imaginemos por un momento que por fin se encontrara vida extraterrestre, y además inteligente. ¿Qué ocurriría? De repente se convertiría en la noticia mas sobresaliente de todos los tiempos, todas las portadas y toda la atención estaría centrada en ese ser. Y si Dios existe, ¿No sería esa la mayor noticia de todos los tiempos, incluso que encontrar vida extraterrestre? ¿No debería ocupar la máxima atención de nuestras vidas? Aquellos que confesamos creer en Dios ¿Qué lugar ocupa en nuestras vidas? ¿Le honramos como lo más importante?

Interesante darnos cuenta que lo que Dios quiere no es una relación de vasallaje, aunque Él es el Señor Todopoderoso y debe ser reverenciado, sino una relación de amor: “Amarás al Señor tu Dios con todo tú corazón…” Donde amar es el verbo griego agapao,¹¹. un amor que, a diferencia de fileo que expresa afecto y se usa en las relaciones personales, se caracteriza por la inteligencia y propósito.

Así lo explica Lenski. Agapao “indica que conocemos al verdadero Dios en toda su grandeza y gracia, y que por consiguiente nos volvemos a Él con todo nuestro ser.”¹². De hecho no se dice “amar a Dios” sino “Amar a tu Dios”, indicando una relación personal.

¿Quién es capaz de esto? Como cristianos debemos tener claro que este amar a Dios tiene como causa haber experimentado Su gracia y Su amor por medio de Jesús (1ª Jn 4:10). Que esto es posible en virtud de Su amor derramado en nosotros y la nueva relación con Él a la que hemos sido introducidos (Ro 5:5). Si no hay este conocer que implica agapao caemos en el ritualismo, el legalismo, el problema de los religiosos en tiempos de Jesús, o en el sentimentalismo.

Y ahora vienen cuatro palabras que Jesús usa para enfatizar que amar a Dios con todo, es amar con todo de verdad. Con la totalidad de nuestro ser. Con lo que soy y lo que hago. Así Jesús habla del corazón, alma, mente y fuerzas.

Los expositores no se ponen de acuerdo al explicar cómo usa Jesús aquí estos términos, y es complicado porque a veces los significados se solapan. La forma de pensar oriental poco tiene que ver con la nuestra. Nosotros queremos categorías claras y definidas pero no es posible.¹³.

Entonces, con independencia del sentido que le demos al término, lo importante será no perder de vista el propósito principal: que el hombre entero se debe a Dios. Que tanto la fuente interna de la vida como su manifestación externa en actos deben estar comprometidos con el amor a Dios.

  1. Amar con todo el corazón, cardia. En términos generales el corazón es entendido como la parte más íntima de la persona. Se habla de él como la sede de la voluntad (Hch 11:23), la mente (Mt 9:4), las emociones (Jn 16:22) y la conciencia (1ª Jn 3:20). Nos recuerda que somos seres moralmente responsables ante Dios. En este contexto el énfasis puede estar en el corazón como centro de las emociones/sentimientos y del amor en particular.
  2. Amar con toda el alma, psique. Sabiendo que tiene diferentes usos según el contexto, en este caso podemos entenderlo como el centro de la personalidad humana, su carácter. Lo que somos y que nos hace diferentes unos de otros.

¿Cómo aplicamos esto? Este amor a Dios debe excluir al menos dos cosas: La mediocridad y el corazón dividido. ¿Sabemos de lo que hablamos?

Mediocre, algo que se queda a mitad de camino, que no llega al final (del latín medius que expresa “medio o intermedio” y ocris que significa “montaña). Es algo hecho con el mínimo esfuerzo. Y el corazón dividido a uno que corre en dos direcciones a la vez.

Ahora pensemos en nuestras relaciones ¿Quién quiere entrar en una relación, en un proyecto de vida, con alguien que no se da totalmente, donde hay que competir con otros amores? Esta es una relación abocada al sufrimiento y al fracaso. Esto que entendemos normal en nuestras relaciones ¿Deberíamos verlo como excéntrico o extremista respecto a Dios?

Dios no quiere ser como un aditivo a nuestras vidas, como las especias a la comida, que uso o desecho según mi gusto. Él quiere ser la base y esencia de nuestra vida.

  1. Amar al Señor con toda la mente, dianota, (la facultad de pensar, razonar y comprender). Esta mención, que no aparece en Deuteronomio, es interesante. Creer en Dios, amar a Dios, no es “desconectar la mente y renunciar a lo racional” para “pasar al modo emocional y sentimental”. A pesar de Su Grandeza, Dios también quiere ser conocido por su Palabra y por sus obras.

Amar a Dios con toda la mente no significa que no pueda leer o pensar o ver ninguna cosa que no sea “religiosa”. Mas bien tiene que ver con que Él esté presente en la manera de razonar, en mi comprensión de la vida, en la toma decisiones. Si amo a Dios, no tendré dos formas de pensar, de hablar y de actuar, una en el trabajo, con mis amigos, en el instituto, y otra en casa o en las reuniones de la iglesia o cuando participo de una actividad cristiana.

Una buena pregunta sería ¿Cómo está mi mente? es una mente limpia ¿Está ocupada en lo que es honesto, justo, puro, amable, de buena fama? (Fil. 4:8).

  1. Amar al Señor con todas tus fuerzas, iscus. Este significado es más claro. Vitalidad, capacidad de actuar. Las energías que posee el hombre. Hay muchas causas nobles a las que dirigir nuestra mente y como consecuencia nuestras energías, pero ninguna con mayor recompensa que Dios mismo y su Voluntad. ¿Dónde tienes puesta tu pasión, tu vitalidad? ¿Puedes imaginar cómo cambiaría tu vida si tu pasión fuese servir al Señor? ¿Cómo cambiarían las acciones mas cotidianas de la vida?

En este caso también parece oportuno recordar el refrán popular que dice: “Amores son acciones y no buenas razones” La realidad es que muchas veces no pasamos de las buenas intenciones.

El segundo mandamiento.

Pero Jesús no acaba aquí. No quería que su enseñanza se convirtiera en una cosa teórica, en un culto a la letra sin realidad concreta. Como Dios es amor, amar a Dios es también amar al prójimo:

(Mr 12:31) “Y el segundo es semejante: amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.”

La referencia ahora es a Levítico, otro de los escritos de Moisés (Lv 19:17-18). Esto es algo que entendieron bien los Apóstoles (1ª Jn 4:20) (1ª Jn 2:9-11).

Semejante al primero. Importante aclarar que esta semejanza no significa que son intercambiables, como si el orden no importara. La semejanza está en la prioridad que se da al amor, semejanza de naturaleza. Lo aclaramos porque en ocasiones escuchamos de personas que quieren conocer el amor de Dios, o llegar a Él, a través del amor al prójimo. Y con esta esperanza llegan a cotas altísimas de entrega y sacrificio. Pero aunque muchas de estas obras sean admirables, hay una verdad que no debemos alterar: “el primero es raíz del segundo y el segundo evidencia del primero.” (1ª Jn 4:10-11).

Amarás a tu prójimo. Marcos vuelve a usar el verbo agapao (un amor inteligente que implica propósito) en vez de fileo (afecto entrañable) para describir el amor al prójimo.¹⁴. Y esto es significativo, no hablamos de un amor sentimental, guiado por los altos y bajos de nuestras emociones, sino un amor que discierne y percibe las verdaderas necesidades de mi prójimo para hacerlas nuestras.

Leski explica que: “este amor por nuestro prójimo no podría expresarse con filien por la sencilla razón de que el que nos agrade no sería suficiente, y eso no podría ser posible tratándose de todos aquellos con los que estamos en contacto.” Y después lo ilustra de esta manera: “Por ejemplo, si se trata de un individuo degenerado o sucio, ¿podemos abrazarlo y besarlo y llevarlo a nuestra casa? No, pero en cambio podemos amarle, agapan, con la inteligencia que ve y comprende lo que hay de malo en él, y con el noble y verdadero propósito de ayudarle a deshacerse de lo que le estorba. Esta clase de amor hará que los verdaderos intereses del prójimo sean los nuestros.”

“Tu prójimo”. Otro detalle verdaderamente hermoso es el alcance que Jesús da al término prójimo, el que está cerca de nosotros, en contacto con nosotros, no importa quien sea. Es relevante porque en el judaísmo se había reducido exclusivamente al compatriota, al otro judío. Y con el tiempo los más religiosos lo acotaron aún más para excluir a los que ellos consideraban pecadores entre el pueblo. Olvidaron así la preocupación de Dios por todos los hombres y el propio sentido de existencia del pueblo de Israel, ser luz a las naciones, sacerdotes de Dios ante un mundo en tinieblas (Éx 10:17-19) (Jonás 4:10-11). Esta visión de Jesús se ve en la parábola del samaritano y el judío moribundo, donde el samaritano, ignorando los tabú que los separaban, muestra misericordia y sacrificio por el judío (Lc 10:25-37), y su enseñanza en el Sermón del Monte, al comienzo del ministerio en Galilea (Mt 5:43-47).

Amar como a ti mismo. Interesante exhortación que va más allá de “no desear o hacer con el otro lo que no quieres para ti”. En este sentido hay que recordar que hay un “sano amarse a sí mismo”. Este amor legítimo comporta: respeto a la dignidad de nuestra naturaleza, interés legítimo por el bienestar de nuestra alma y de nuestro cuerpo.¹⁵.

Y concluye, “No hay otro mandamiento mayor que estos”. Como dijo también Jesús en Mateo: “De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” (Mt 22:40). Si quieres un hilo conductor que dé unidad a todos los mandamientos, si buscas un mandamiento que dé sentido al resto, aquí está: “Amar al Señor con todo lo que somos y hacemos y al prójimo como a nosotros mismos”. Al parecer esta es una combinación que nadie se había atrevido a hacer con tanta claridad.

El ejemplo lo tenemos en los diez mandamientos, que son la máxima expresión del carácter de Dios y de Su voluntad para el hombre (Éx 20:1-17). Los cuatro primeros hacen referencia a “mi conducta ante Dios”,  y los seis restantes “mi conducta ante mi prójimo.” Una persona que ama a Dios por medio de Jesús y que de la misma forma ama a su prójimo, encontrará que aún sin tenerlos escritos o promulgados, los vive porque están escritos en su corazón.

Quien ha hecho de Dios el centro de su corazón honra al Señor con sus labios y su comportamiento, evita que los ídolos, no importa qué forma adoptan, echen raíz en su corazón. No consagra solo un día en la semana para el Señor, sino que todos sus días están consagrados. Quien hace a Dios centro de su corazón cuida de no hacer daño a su prójimo, ni con palabras ni con hechos, y busca el bien del prójimo: (Ro 13:8-10); (Gál 5:14) (Gál 5:22-23) (Stg 2:8).

La respuesta del escriba.

(Mr 12:32-33) “Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios y no hay otro fuera de Él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.”

Recordamos algo de lo que dijimos al comienzo de la exposición. Este escriba, al contrario que sus compañeros fariseos, era un hombre impresionado por la enseñanza de Jesús. Su interrelación con Jesús es sincera. Cuando le dice “Bien, Maestro, verdad has dicho,” (has hablado con inteligencia y precisión bíblica), no está tratando de halagar a nadie, y cuando repite casi literalmente la respuesta de Jesús lo que hace es expresar su total acuerdo con Él.

Este “Bien,… verdad has dicho” nos debe recordar que nuestras palabras también tienen que ceñirse a lo que la Biblia enseña, no podemos inventar. Lo importante no es tener la aprobación de los hombres sino la aprobación final de Dios (2ª Tim 2:15).

Varias cosas llaman nuestra atención en su respuesta:

1º. “Uno es Dios y no hay otro fuera de Él”. El escriba añade a lo que Jesús dijo las palabras de Dt 4:35. No se trata de corregirlo, sino de reafirmar la enseñanza con la Palabra: No hay más Dios que el Señor, el resto son falsos dioses.

2º. El cambio de “amar con toda la mente,dianoia, por “amar con todo el entendimiento,sunesis. Básicamente tienen el mismo sentido. Se traduce como inteligencia, comprensión, discernimiento.¹⁶. De nuevo se nos recuerda que la fe es una respuesta inteligente, y que nos incita a profundizar en el conocimiento de la Palabra.

3º. La conclusión final del escriba, que estos mandamientos de amar a Dios y después al prójimo son “más que todos los holocaustos y sacrificios” también es importante: No menosprecia los sacrificios ordenados por Moisés. Conoce de su valor y necesidad. Se está identificando con el sentir y la denuncia de los portavoces de Dios en del Antiguo Testamento, empezando por Samuel ( 1º S. 15:22) (Sal 51:16-17) (Is 1:11-17) (Os 6:6) (Miq 6:6-8).

(1º. S. 15:22) “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”

– Se equivocan aquellos que colocan como primer mandamiento todo lo relacionado con los sacrificios y dejan en segundo plano el amor a Dios y el amor al prójimo. Lo importante es mantener las formas, el ritual. Pues no. Concluye este escriba. De poco sirve tal cosa si no se hace con corazón e inteligencia. En este caso, motivados por el amor a Dios y al prójimo.

– Afinando más, podríamos decir que el escriba está reconociendo el fracaso del culto en el templo en aquellos días. Detrás de toda aquella fastuosidad y pompa, solo habían intereses personales, económicos y orgullo o prepotencia religiosa. De alguna forma estaba aprobando la limpieza que Jesús había hecho el día anterior, cuando echó a los vendedores y cambistas, y reprendió a los funcionarios del templo (Mr 11:15-19).

Importante advertencia para nosotros, que tenemos celo porque las cosas en la asamblea se hagan apegadas a la Palabra, por fomentar la asistencia a las reuniones, que nos gusta hablar de sana doctrina. No nos conformemos con una práctica y obediencia externa sino hagamos que estas sean la consecuencia del amor a Dios y al prójimo.

La respuesta de Jesús.

(Mr 12:34) “Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.”

Quizás las palabras que más llaman la atención son “no estás lejos del reino de Dios”. Ya hemos advertido que “estar cerca no es estar dentro”, y que “estar cerca equivale a estar lejos” si finalmente no hay una respuesta positiva hacia Jesús. Dos cosas al respecto:

En este caso, este “No estás lejos…” es una palabra de ánimo de parte del Señor. Jesús le está alentando a entrar. A dar el paso que le falta.

Nada se dice del resultado final, ¿Entró este escriba en el reino de Dios? ¿Se identificó finalmente con Jesús? ¿Fue uno de los miles de judíos, incluyendo sacerdotes, que se convirtieron después de Pentecostés? Es un final abierto. Un final que nos recuerda que cada uno es responsable de tomar una decisión a favor de Jesús.

 

Notas.

¹ R.C.H. Lenski. La interpretación del Evangelio según San Marcos. Pág 462-463. Publicaciones El Escudo. México.

² Francisco Lacueva, Comentario Bíblico de Matthew Henry, 13 tomos en 1. Pág 1.241. Editorial Clie.

³ Juan Mateos y Fernando Camacho. El Evangelio de Marcos. Volumen III. Pág 237. Ediciones El Almendro y Fundación Épsilon.

⁴ Dt 6:4-9; junto con el 11:13-21 y Nm 15:37-41 forman el Shema.

⁵ Recientemente leía un artículo que hablaba de hasta 10 ídolos modernos: El yo; la seguridad; la aprobación; las relaciones; el éxito; la riqueza; la salud; la comida; el intelecto; la comodidad; https://www.bibliavida.com/cristianismo/10-idolos-comunes-en-nuestras-vidas-y-como-resistirlos.html

⁶ Fernando Saravi. Falso Testimonio. Los Testigos de Jehová ante la Biblia. Pág. 78. Editorial Clie. Ver el comentario de Francisco Lacueva a Deuteronomio 6:4 en Comentario Bíblico de Matthew Henry. Obra completa. Pág. 181. Editorial Clie.

⁷ “Un Dios y Padre de todos”. Escribe Ryrie “Dios es Padre en cuatro relaciones distintas (1) aquí, de algún modo, de todos los hombres en virtud de ser Su Creador; (2) del Señor Jesucristo (Mt 3:17); (3) de Israel (Ex 4:22); (4) de los creyentes en el Señor Jesucristo (Gá. 3:26)”. Biblia de Estudio Ryrie. Ver Ef 4:6.

⁸ 1ª Co 8:6. Como escribe W. Macdonald en su comentario al Nuevo Testamento: “Cuando Pablo dice que hay un dios, el Padre, y un solo señor, Jesucristo, no significa que el Señor Jesucristo no sea Dios. Más bien indica simplemente los respectivos papeles que estas dos Personas de la Deidad cumplieron en la creación y en la redención. Ver Comentario al Nuevo Testamento.  Editorial Clie. Por otro lado, Lacueva añade esta interesante observación:

La Santa Trinidad. Por F. Donald Harris y Ronaldo Harris M. Páginas Orientadoras. Apart. 50. Tehuacán, Pue., México.

¹⁰ W. T. Conner. Doctrina Cristiana. Casa Bautista de Publicaciones Pág 145.

¹¹ Agapao es el verbo que se usa para la importante declaración “Dios es amor” (1ª Jn 4:8).

¹² R.C.H. Lenski. La interpretación del Evangelio según San Marcos. Publicaciones El Escudo. México. Pág 465.

¹³ W.E. Vine. Diccionario expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento. Editorial Caribe. Pág. 44. Ver psique, última parte del artículo. Un acercamiento equilibrado a la composición de la naturaleza humana lo encontramos en Los Fundamentos de la Fe Cristiana, por James Montgomery Boice. Pág 151 y ss. Editorial Unilit.

¹⁴ De nuevo estamos siguiendo la explicación que del uso de este verbo, en contraste con fileo, hace R.C.H. Lenski. La interpretación del Evangelio según San Marcos. Publicaciones El Escudo. México. Pág. 466.

¹⁵ “Hay un amor de sí mismo desordenado y corrompido, que debe ser sometido y mortificado; pero hay un amor de sí mismo correcto y según Dios, que sirve de modelo al correcto amor al prójimo…” Francisco Lacueva, Comentario Bíblico de Matthew Henry. Obra completa. Pág 1.173. Ed. Clie

¹⁶ Entendimiento, sunesis, Diccionario exegético del Nuevo Testamento. Vol. II. Editorial Sígueme.