El uso de la cubierta en la asamblea (II)

El uso de la cubierta en la asamblea (II) 

¿Cuestión de cultura o práctica con significado?

Y ahora, después del estudio introductorio*, llegamos al que es el propósito de esta exposición: El uso de la cubierta en la asamblea, y no como algo cultural o temporal sino como parte de la instrucción Divina. Una práctica con significado. Lo que sigue no es un estudio exegético de 1ª Co 11:2-16 sino una recopilación de los argumentos que Pablo usa: 1. El orden de relaciones. 2. La mujer como gloria del varón. 3. Por causa de los ángeles. 4. La lección de la naturaleza. 5. La práctica en las iglesias.

1. Un orden de relaciones (1ª Co 11:3-6).

Recordando lo dicho, el propósito del Evangelio en este periodo de la Salvación no es abolir las distinciones hombre/mujer basadas en la creación, sino restaurar y dignificar las mismas. Habrá un tiempo, en la consumación plena de nuestra salvación, cuando estas distinciones desaparecerán porque, como dijo Jesús, seremos “como los ángeles del cielo” (Mr 12:25). Pero en esta etapa presente todos estamos bajo una autoridad, nadie es autócrata, quien único no está sujeto es Dios:

(1ª Co 11:3) “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.”

Este es el argumento principal alrededor del cual gira todo lo demás, el orden en las relaciones. Dos observaciones al respecto:

  – Que cabeza1, atendiendo al uso figurado en la Escritura, tanto en el A. T. griego como en el N. T., tiene el significado de autoridad (Ef 1:22; 4:15; 5:23-24) (Col 1.18; 2:10; 2:19). 

  – Que la presencia de Cristo dignifica este orden2. Él es el modelo a seguir. Por un lado tenemos el ejemplo del amor sacrificial de Cristo por su iglesia, de la cual es cabeza, este es el modelo a seguir para el varón. Y por otro la sujeción que Cristo tiene a Dios mismo, Su cabeza. Esto último no le hace inferior ni significa degradación, pues en su esencia divina sigue siendo Dios. Esta actitud de sujeción es el modelo a imitar por parte de las creyentes. Y ello sin que implique rebajar o comprometer su dignidad.

¿Cómo expresan los creyentes su reconocimiento y respeto a este orden? ¿Cómo se visualiza? Evidentemente primero con su actitud, con una conducta acorde, pero además:

1º. Que hombres y mujeres guardan este orden en la asamblea se expresa: a. En que ellos no cubren su cabeza, y b. en que ellas sí la cubrirán (1ª Co 11:4-5). 

    Ellos, al participar del culto cubriendo su cabeza, dice Pablo que afrentan su cabeza, muestran menosprecio por Cristo3.

    Cuando ellas permanecen con la cabeza sin cubrir, afrentan su cabeza, es decir al varón, simbolizan rechazo al orden de relaciones (1 Co 11:5-6).  

2º. Que hombres y mujeres guardan este orden en sus relaciones personales, empezando por la propia familia, se expresa también en el valor o cuidado que se otorga tanto al cabello masculino como al cabello femenino. Que hombres parezcan mujeres y las mujeres parezcan hombres, al menos de forma deliberada, desvirtúa esta enseñanza (1ª Co 11:5, 14-15)4.

Mujeres orando y profetizando en la congregación.

Un tema que llama la atención, pero que no corresponde tratar aquí, es la referencia a la mujer orando y profetizando. ¿Podría hacerlo cuando la iglesia está reunida si cubre su cabeza? Al respecto solo añadir dos cosas:

En dos de los tres pasajes donde Pablo trata la participación pública de la mujer en la reunión de la iglesia el mandato es claro: La mujer no debe dirigir a la asamblea en oración, ni en la enseñanza de la Palabra (1ª Co 14:34) (2ª Tim 2:8-12).

Y atendiendo al texto que tenemos delante añadimos, que en aquellas ocasiones donde las hermanas si pueden ministrar (por ejemplo reuniones o discipulado entre mujeres, oración entre hermanas, enseñanza a los niños, etc.…), estas debieran cubrir su cabeza (1 Co 11:5; 11:13). Recordemos que el tema de la participación pública de la mujer durante la reunión está pospuesta a 1ª Co 14.

2. La creación, ella es “gloria del varón” (11:7-9).

A continuación el Apóstol se dispone a apuntalar su enseñanza apelando a los inicios, al relato de la creación. En este punto tenemos ventaja porque fue el contenido del estudio anterior.

(1ª Co 11:7) “Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.”

¿Qué significa ser gloria de… ?

En palabras sencillas diríamos que gloria es “el resplandor de algo”, la hermosura o la belleza que irradia. En este contexto, que apunta a la creación, tiene que ver con ser “causa de honor y alabanza de…”. Satisfacción y deleite, propósito y gozo. Como la obra de arte, cuya realización y contemplación trae alabanzas al artista por su talento.  

La mujer es gloria del varón.

Atendiendo al argumento, se dice del hombre que es imagen y gloria de Dios porque cuando la mujer aún no había sido creada, este ya actuó con autoridad delegada de Dios. Su cabeza descubierta significa manifestar la gloria de Cristo. Sin embargo, porque ella tiene su causa en el varón y no al revés, se concluye que ella es su gloria y debe cubrir su cabeza (1ª Co 11:8-9).

¿Por qué utiliza la expresión imagen de Dios solo para el varón? 

El hecho de que Pablo omita la expresión imagen de respecto a la mujer, no es para negar su imagen divina. Esto es contrario a la clara enseñanza de Génesis (Gn 1:26-27) (Gn. 5:1-2). Lo que ocurre es que, si construye esta frase en paralelo a la anterior  “el varón es imagen y gloria de Dios”, la frase debería decir “la mujer es imagen y gloria del varón” y esto es falso. Es gloria del varón, fue creada a causa de él, pero no es su imagen. Ella también es imagen de Dios.

3. Por causa de los ángeles (11:10).

(1ª Co 11:10) «Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.»

Respetando otras interpretaciones, de creyentes verdaderamente eruditos, expongo la que personalmente encuentro más acorde con el contexto. En este sentido, llamamos la atención al interés de los ángeles por la historia de la Redención de los seres humanos: 

(1ª Pd 1:11-12) “cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”. (Ef 3:10) “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,” (Lc 15:10)  “Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.”

“Por lo cual”, enlazando el nuevo argumento con el anterior. Sugerimos que los ángeles del cielo son espectadores de lo que está sucediendo ahora en la tierra, como lo fueron primero de lo que aconteció en la creación.  Fueron testigos de la caída, del pecado primero de la mujer después de Adán, y del trastorno y degradación en las relaciones. Ahora contemplan el desarrollo de la Salvación. En este sentido ellos también son testigos de la restitución y dignificación del orden perdido en las relaciones hombre/mujer. 

Un toque de atención necesario (11:11-12).

(1ª Co 11:11-12) “Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.”

Que hablemos de relaciones dignificadas por el Evangelio y que tienen como modelo a Cristo, no significa que la tendencia del corazón caído ha desaparecido. Y si era necesario corregir el descuido de este símbolo, también lo es la tendencia que lleva al hombre a “sentirse algo” por encima de la mujer. 

En el mundo los hombres imponen su tiranía y hay mujeres que odian a los hombres y los desprecian. Pero “en el Señor” esto no es así. Pablo recuerda la mutua dependencia que ambos tenemos, y la dependencia última de todos del Señor. Cada vez que se enseñe sobre el orden de relaciones y sus símbolos, también se debieran recordar estas palabras. 

4. La lección de la naturaleza (11:13-15).

(1ª Co 11:13) “Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?”

“¿Juzgad vosotros mismos?” Les invita a recapitular, sopesar los argumentos, y llegar a la misma conclusión observando además el orden natural de las cosas:  “La naturaleza misma ¿no os enseña que…? (1ª Cor 11:14). Tres son los puntos que mencionamos aquí:

1º. La mujer es gloria del hombre, pero ¿Cuál es la gloria de ella? La respuesta es su propio cabello. No descubrimos nada cuando decimos que por lo general la mujer tiene el pelo más largo y abúndate que el hombre, y sobre todo más permanente. O que la ausencia de barba en la mujer resalta mucho más su cabello. De ahí que forme parte de su hermosura, de su porte natural (1ª Co 11:15).

2º. En consecuencia, si en la vida ordinaria hay un velo natural, el cabello, también es propio que lo haya en la esfera espiritual. Esta es la conclusión del argumento: El velo natural no debe sustituir la cubierta espiritual. Y añadimos una reflexión: Si solo la gloria de Dios debe prevalecer en la congregación, entonces es lógico y adecuado que la mujer cubra su propia gloria.

3º. Por otro lado, que los hombres imiten con su cabello a la mujer, que favorezcan la confusión de sexos, es algo que los deshonra como ser diferenciado y contribuye a difuminar la distinción de roles. Atendiendo a los tiempos de confusión que estamos viviendo, respetar estas distinciones se convierte en prioritario (Dt 22:5).

5. La práctica en todas las iglesias (1 Co 11:16).

(1ª Co 11:16) “Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.”

Hay quienes que interpretan estas palabras como que Pablo finalmente está dando poca importancia al tema o incluso desentendiéndose: “En realidad eso no debiera ser un tema de discusión, que cada uno actúe como considere.” Una conclusión y una interpretación cuanto menos extraña, después de todo este despliegue de argumentos teológicos.

Evidentemente ese no es el sentido de estas palabras. Digamos que lo que Pablo si quiere “dar carpetazo” al asunto apelando a la autoridad apostólica. “Nosotros” se refiere a los Apóstoles. “Tal costumbre” se refiere a que las mujeres estén en la asamblea sin cubrirse la cabeza. Y la expresión “ni las iglesias de Dios” indica que este cuestionamiento “estar sin cubrirse” sucedía solo en Corinto. El resto de las iglesias mantenían la práctica. 

Lo importante, como indica el profesor Trenchard5, “es la reiteración de las normas apostólicas, que no fluctuaban según el sitio y la iglesia, como algunos han pretendido.” (1ª Co 4:17;  11:2,16; 14:36-38).

“¿Cómo responderemos, entonces, a la enseñanza del Espíritu Santo sobre estos dos símbolos? …Hoy en día, es evidentemente más fácil para los varones cristianos practicar el simbolismo que les corresponde; pero las modas y las corrientes de opinión modernas hacen difícil para las mujeres cristianas practicar el suyo. El hacerlo exige de ellas enorme gracia, espiritualidad y valor.6 Una obediencia consciente y consecuente sin duda que tiene la aprobación y el reconocimiento divino.

* Estudio introductorio: https://www.mirandoenlapalabra.com/estudios-biblicos/eclesiologia/63-el-uso-de-la-cubierta-en-la-asamblea-i

 

1. Algunos eruditos han sugerido que la palabra cabeza, en este contexto no debe entenderse como si implicase la idea de liderazgo o autoridad. Argumentan que cuando el v. 3 dice que el varón es la cabeza de la mujer, está refiriéndose al hecho que menciona el v. 8: que, en la creación, la mujer fue sacada del hombre, lo cual quiere decir que el hombre es el origen de la mujer. Sin embargo, es improbable que el v.3 se refiera a la Creación. Su contexto,… es el de la Redención. Además, si en el v.3 cabeza significa origen, tendríamos que entender la última frase del versículo como si dijese “el origen de Cristo es Dios”. Ciertamente esto nos daría a entender un concepto muy extraño y anormal. Y tampoco es necesario. Es mucho más lógico aceptar que la palabra cabeza en el v.3 lleva consigo el significado de autoridad… David Gooding, Símbolos de Autoridad y Gloria, recogido por Horacio Alonso en su libro, El Rol de la Mujer en la Iglesia, 1994, Clie.

La lectura, y Dios el origen de Cristo, ignora la relación de sujeción entre Cristo y Dios en la historia de la Redención. Él es el Siervo de Jehová que voluntariamente se somete al mandato Divino.

El expositor bíblico Jack Hunter menciona los diferentes resultados de rastrear, en distintos escritos griegos el significado de cabeza, kefalé. Concluye que “el peso de la evidencia parece militar en contra de fuente como sentido primario de kefalé.” Concretamente 2336 entradas de kefalé con el significado autoridad frente a 4 entradas con el sentido de origen, punto de partida y comienzo. 1ª de Corintios, Introducción, Texto y Exposición, Apéndices, de la Serie La Biblia enseña, Tomo 3, publicado por John Ritchie Ltd. Escocia, notas adicionales al verso 3. 

2. Pablo podía haber escrito el verso prescindiendo de la referencia a Cristo y el texto hubiese tenido sentido. Sin embargo no lo hace. Este orden se enmarca deliberadamente en el contexto de la Redención. Es la persona de Cristo la que con su Obra y su ejemplo lo restaura y lo dignifica.

3. “Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza” Posiblemente este comportamiento tenga dos consecuencias prácticas inmediatas: 1. Está velando la gloria de Dios (11:7), 2. Está colocando a Cristo, su cabeza, en una posición de subordinación que no corresponde. La cubierta, según incide Pablo en el verso 10, es una señal de autoridad, de estar bajo autoridad, un reconocimiento explicito del orden establecido por Dios. 

“Su cabeza” no se refiere a la suya propia, sino a la que precede en el orden. Escribe el profesor David Gooding al respecto: “No es su propia cabeza física –pues esto no importaría demasiado- sino a su Cabeza espiritual, el Señor Jesús. Esto sí que tiene una enorme importancia.” David Gooding, Símbolos de Autoridad y Gloria, citado en el libro El rol de la mujer en la iglesia, 1994. Clie.

4. (1ª Co 11:5) “Pablo apunta, pues, a un elemento fundamental en este pasaje, que consiste en que la mujer creyente tiene dos velos, uno natural, que es el cabello, y otro simbólico, que es el velo con que cubre su cabeza. Lo que parece indicar aquí es que si no acepta el velo simbólico debería privarse también del velo natural. Obviamente, el apóstol no está recomendando que nadie haga eso. Lo que recomienda es que la mujer use el velo simbólico.” Horacio Alonso, El rol de la mujer en la iglesia, 1994. Clie.

5. E. Trenchard, Primera Epístola a los corintios, 1997, Pág. 183. Portavoz.

6. David Gooding, Símbolos de Autoridad y Gloria, citado en el libro de H. Alonso El rol de la mujer en la iglesia, 1994. Clie.

Natanael Leon