Un viaje a las “cloacas” del corazón

Un viaje a las cloacas del corazon

Un viaje a las cloacas del corazon

 

Un viaje a las “cloacas” del corazón (Mr 7:21-23).

Hay una expresión que por diversas razones se ha hecho popular: “las cloacas del estado”. Se usa para referirse al juego sucio del estado, una forma turbia de actuar. Pero no crean que estas “cloacas” es solo cosa de gobiernos. 

Hoy haremos un viaje a las “cloacas”, pero no a las de una gran ciudad, ni a las del Estado o un partido político, tampoco a las de una corporación industrial, un lobby ideológico o económico, sino a otras mas profundas: “las cloacas del corazón humano”. No es un estudio agradable, pero sí necesario para adquirir conciencia de nuestra necesidad espiritual.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la malediciencia, la soberbia, la insensatez.”

No olvidemos el contexto de estas palabras. Después de insistir que la verdadera contaminación no es externa, por la comida o por la ausencia de lavamientos rituales, el Señor insiste en que la cuestión es moral. Tiene que ver con lo que hay dentro del corazón. Y a continuación lo va a ilustrar con una lista de maldades que tienen origen ahí,  “dentro”. “Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre.” (Mr 7:20).

¿De donde sale tanta maldad?

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen …”

¿De donde vienen los males que destruyen nuestra sociedad? ¿De donde tanta maldad? La respuesta de Jesús puede que sorprenda a muchos. Especialmente a los que creen en la bondad innata del hombre, que creen que el mal va “de fuera a dentro” y confían en la política, la ciencia, la cultura, la filosofía, entre otras, como herramientas de cambio. Estas cosas, estas maldades, dijo Jesús tienen su origen en el corazón de cada persona.

Los malos pensamientos.

(Mr 7:21) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos,…”

Los malos pensamientos: Es la primera mención del Señor en este viaje interior, y no parece que sea casualidad. La palabra griega para pensamiento es dialogismo, “los malos dialogismos o soliloquios”. Se está refiriendo a los razonamientos, a esas conversaciones que suceden en el ser interior y preferiríamos que nadie conozca. Podría traducirse como maquinaciones, intrigas, malas intenciones.

El hecho de que el término “malos pensamientos” preceda al verbo en el texto griego, hace pensar que el Señor los está identificando como la raíz de todos los males que siguen. “Los malos pensamientos generados en el corazón se juntan con la voluntad para producir palabras y acciones perversas” como las que ahora se mencionan.

A continuación hay una lista de doce formas de maldad, algunas de ellas en su forma mas grosera. Primero seis sustantivos plurales (adulterios, fornicaciones, homicidios, hurtos, avaricias y maldades), que describen actos perversos individuales. A continuación seis sustantivos singulares que describen disposiciones malignas (engaño, lascivia, envidia, maledicencia, soberbia e insensatez). No se trata de una lista cerrada, hay más, estos solo son un ejemplo. Pero suficiente para ilustrar el problema moral del corazón. 

1. Los adulterios.

(Mr 7:21) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, …”

Los adulterios (en griego moiqueia). Una referencia a las relaciones sexuales que tiene la persona casada con otra que no es su conyugue. Y esto, sin distinguir si se es hombre o mujer como hacían los griegos, los romanos y otras culturas. Un comportamiento que produce mucho dolor, heridas profundas, que atrae las venganzas, que implica engaño, traición y destruye la confianza mutua. 

Hay personas que se ven incapaces de algo así, y se excluyen de este pecado. Sin embargo Jesús hiló muy fino. No hace falta consumarlo, basta con acariciarlo en el corazón (Mt 5:28). 

2. Las fornicaciones.

(Mr 7:21) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, … las fornicaciones, …”

Fornicaciones, traduce la palabra griega porneia. De donde viene la palabra pornografía. El uso amplio en la Biblia. Incluye tanto las relaciones sexuales de una persona no casada, como cualquier clase de depravación, desviación y actos inmorales.

El adulterio y la fornicación son comportamientos que no solo atentan contra el carácter de Dios (el amor, la fidelidad), sino también contra el prójimo. Tienden a la cosificación y denigración de las personas, priorizan la satisfacción personal y la ausencia de compromiso. Hebreos 13:4 es explicito contra aquellos que desprecian el matrimonio expresado como voluntad de Dios y buscan la fornicación como modo de vida. ¡Cuantos hay que no les importa dañar matrimonios ni familias! 

3. Los homicidios.

(Mr 7:21) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, …los homicidios,…”

Homicidios traduce la palabra griega fonos. Se refiere al asesinato y a la muerte violenta. Tiene su origen en el odio al prójimo. 

De nuevo, la mayoría tendemos a desligarnos de esto, “¿Yo? eso jamás”, pero la Biblia es clara al respecto, no es necesario matar físicamente para ser culpable ante Dios. De nuevo basta con acariciarlo interiormente, con el deseo. Y esto nos coloca en una posición cuanto menos incómoda. 

Cuidado con el enojo, cuidado con los sentimientos de odio que fácilmente crecen en el corazón (Mt 5:21-22) (1ª Jn 3:15).

4. Los hurtos.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, …los hurtos,…”

Hurtos, traduce la palabra griega klope. Se refiere no solo al hecho de apropiarse de lo ajeno, haya o no violencia, también al robo de personas; y a cosas que se han ido normalizando en nuestras sociedades como el fraude, retener injustamente los bienes de otro, e incluso el esconder algo con intención de tomarlo para ti.  

5. Las avaricias.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, … las avaricias, …”

Avaricias, traduce la palabra griega pleonexia. Compuesto por dos palabras que significan: pleon: “más”, y eco: “tener”. No es difícil entender su significado: Las ansias de tener más, pero con matiz negativo. Nada que ver con el deseo legítimo de superarse o prosperar. Puede definirse como: 

“Afán desordenado de poseer muchas riquezas por el solo placer de atesorarlas sin compartirlas con nadie.” “Anhelo insaciable por conseguir lo que pertenece a otro”. Pero no solo anhelo por riqueza, también por el poder o un “estatus”, una posición que implique reconocimiento. 

Es prima hermana de la codicia. Está detrás de lo que llamamos corrupción de las instituciones, de la sociedad, del engaño, la estafa, los robos, y muchos crímenes que nos rodean. 

6. Las maldades.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, … las maldades, …”

Maldades, traduce la palabra griega poneria. Maldad, malicia, villanía. Acciones voluntarias y malintencionadas que producen trabajos, dolor, tristeza a otros. El daño no importa. Lo que prima es mi propósito.

No nos considerados malvados, no somos unos villanos, gente ruin. Pero ¿Cuántas veces hemos hecho cosas a sabiendas que causamos un dolor, tristeza, daño a otros? A veces para buscar un beneficio, pero otras por placer, por diversión, para tener un momento de risa. Así de retorcido es el corazón humano.

7. El engaño.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, … el engaño, …”

Engaño, Proviene de la palabra griega dolo. Literalmente trampa, cebo. Proviene del mundo de la pesca y la caza. De ahí que se traduzca como engaño, astucia, falsedad. Una traición astuta, un engaño inteligente, una estratagema, con el fin de sacar una ventaja personal. Pero engaño al fin y al cabo.  

8. La lascivia.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, … la lascivia, …”

Lascivia, en griego aselgia. Implica la idea de falta de control, desvergüenza, desenfreno, libertinaje. Se relaciona con los excesos sexuales, pero también con conductas malvadas y perversas en general. 

Una persona lasciva es alguien que ha perdido todo sentido de vergüenza o decencia. Actúa sin remordimiento y no vacila en escandalizar a sus semejantes. Por eso algunos dicen que es posiblemente la palabra mas fea de todas las que se usan en las listas de pecados del Nuevo Testamento.

9. La envidia.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, …la envidia, …”

Envidia, en este caso es la traducción de dos palabras griegas: ofthalmos poneros, es decir: ojo malo u ojo maligno. Es una expresión hebrea.

Es “el ojo que mira el éxito y felicidad del otro como si quisiera echarles una maldición.” “Ese sentimiento de disgusto producido al ser testigo (ver) u oír de la prosperidad de otros.”

10. La maledicencia.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, …la malediciencia, …”

Maledicencia, en griego blasfemia, una palabra conocida en nuestro idioma y que se usa cuando el objeto del hablar dañino es lo divino. Pero en este caso se aplica a las relaciones personales. Significa Afrenta, calumnia, ultraje.

Como alguien escribía, la maledicencia es el reflejo de un corazón lleno de resentimiento y amargura (Heb 12:15).

11. La soberbia.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, … la soberbia, …”

Soberbia, del griego juperefanía. Literalmente, “colocarse así mismo sobre los demás.” Escribe Lacueva “Exaltación de sí mismo con desprecio de los demás y como mirándoles por encima del hombro.”

Y hay otro comentarista que dice “Lo interesante de esta palabra como la usaban os griegos es que describe una actitud que puede que nunca se manifieste públicamente. Puede que en lo más íntimo de su corazón uno se esté siempre comparando con los demás. Podría ser que se presentara hipócritamente humilde, y sin embargo fuera orgulloso de corazón.”

12. La insensatez.

(Mr 7:21-22) “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, …la insensatez.”

Insensatez, traducción de la palabra griega afrosune. Que carece de sentido. La falta de prudencia. Incluso la locura.

La pregunta es ¿Cómo puede considerarse una forma de maldad? A veces, sencillamente la persona no da para más. No es este el caso. Aquí se está hablando de insensibilidad moral y espiritual. Se trata es de una locura moral voluntaria, de una ausencia de buen juicio consecuencia del desprecio de Dios y de lo divino. Tristemente, hay mucho de esto a nuestro alrededor. 

La conclusión: La necesidad de todo hombre.

(Mr 7:23) “Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.”

¿Dónde buscaremos la causa de nuestra separación de Dios? No en las cosas externas como comer o lavarme según un rito. La causa está en lo que hay dentro de nosotros. 

El mismo corazón que se llena de nobles propósitos y sentimientos, capaz de grandes sacrificios, es también una inmensa cloaca de inmundicia de donde puede esperarse lo peor. Ya lo dijo el profeta (Jer 17:9) “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” 

¿Cual sería la consecuencia práctica de este discurso? 

Este examen pone el foco de atención en la verdadera condición del corazón y en la necesidad que cada hombre y cada mujer tienen de ser limpiados por Dios. El mensaje de Jesús es plenamente vigente: “Arrepentíos y creed en el Evangelio” (Mr 1:15) (Lc 13:1-5).

Pero también de la necesidad, aún como creyentes, de examinarnos delante de Dios. No para salvarnos, lo somos en virtud de la Obra de Jesús, pero sí para quitar estas raíces y crecer en la nueva vida que Dios ha hecho nacer en nosotros (Ef 4:22-24).

 

Natanael Leon