LOS PÁMPANOS QUE SON CORTADOS


LOS PÁMPANOS QUE SON CORTADOS

El propósito de la poda es eliminar los brotes inútiles. ¿Razón? Para que la sabia y los nutrientes de la planta se concentren en los pámpanos que han de producir los mejores, los más abundantes y más hermosos frutos. En otras palabras, se trata de neutralizar los estorbos que impiden el desarrollo integral (crecimiento, salud y maduración), del fruto.

En otro orden se ha de tener presente que, las parábolas, metáforas y alegoría, van siempre revestidas de una serie de elementos que solo tienen el objeto de dar colorido a la narrativa, razón por lo que no hemos de buscar una analogía en cada detalle, pues por mucho que lo procuremos, no es lo mismo una persona, que una planta.

La figura elegida en este pasaje está tomada de las prácticas que se emplean habitualmente en el cultivo de la vid, de ahí la inutilidad de intentar aplicar literalmente al estado o condición espiritual de una persona, todo el proceso que se sigue con los elementos estériles de una planta. 

La Alegoría de la Vid Verdadera es una de las ilustraciones más luminosas que los Evangelios han recogido de las enseñanzas de Jesús, no obstante, hay un par de versos que, como suele suceder, sacados de contexto, llegan a inquietar a algunos creyentes respecto a la certeza y seguridad de su salvación eterna. Es lo que sucede cuando nos acercamos a las Escrituras con ideas preconcebidas, solo conduce al horror del más lamentable error.

Es más, cuando alguien intenta que un pasaje diga lo que no dice, demuestra que desconoce la más elemental norma de interpretación.

Jn.15:2a,«Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará» v.6«El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden

Pero es necesario recalcar que lo que nuestro Señor quiso ilustrar con su magnífica exposición de la «Vid Verdadera», nada tiene que ver con salvación ni con su posible pérdida.

El tema propiamente dicho, versa sobre cuál debe ser la conducta de sus discípulos, es decir, el talante, (estilo de vida) que deben mostrar sus seguidores, a la mayor gloria de Dios.

v.8 «En esto es glorificado mi Padre, en que [os conduzcáis de tal forma que] llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos

Por supuesto que aparte del aspecto esencial que se ha subrayado, (discipulado y vida del discípulo), quedan en el pasaje muchas hebras sueltas y diversos nexos con dichos que vienen de atrás, de las que se podrían tirar o relacionar, pero hacerlo sin tener bien claro el propósito que, en este caso, tiene Jesús respecto al discipulado, supondría el riesgo de desviarse del tema central.

Por otro lado, ir al pasaje con la mira de encontrar algún texto que sirva para apoyar ideas preconcebidas, sería evidencia de mala praxis, ignorancia y temeridad, a la hora de hacer una aplicación distinta de aquello que el Señor quiso enseñar con su ilustración.

1Co.4:6 «Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que, por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros

2Pe.1:8-9 «Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.» 

PROPÓSITO y META: «Que seáis así mis discípulos» v.8b

Queda diáfanamente claro, que el Señor Jesús deseaba que su Padre fuese Glorificado mediante la vida fructífera de los discípulos, que es la razón máxima y final a la que debe tender la vida de sus discípulos: Dar Gloria a Dios:

Mat 5:16 «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos

Y todo esto cual se proyectó en la vida del Maestro, que es nuestro modelo a seguir.

Jn.12:27-28 «Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.» Cf. Jn.17:1, 4-5, 13:31-32

Estado y condición de los verdaderos discípulos

«Ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado» v.3.

Jesús acaba de decir que sus discípulos son pámpanos genuinos, que en modo alguno serán cortados, pues la pericia del Labrador, su Padre, nuestro Padre, no le permitiría cometer tan craso error.

Ahora bien, (cual Jesús había dicho previamente), sus discípulos eran susceptibles de ser perfeccionados, modelados, tarea que el Padre asumió solícitamente cual perito Viñador Jn.15:1-2 Ro.8:29, tema que Él no olvidó en su oración sumosacerdotal, cf. Jn.17:17. 

Jn.13:10 «Jesús les dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos».

Hay que notar que, en la expresión, «aunque no todos», se incluyen los muchos Judas y falsos “discípulos” que fueron tras Jesús, no más que por el pan y los peces, y por lo que podían rapiñar de la bolsa común, cosa que no ha dejado de repetirse a lo largo de la Historia, personas que han militado y militan entre los seguidores de Cristo, y se confunden entre ellos como la cizaña y el trigo. Jn.12:6; Mt.13:36 ss. 

Jn.6:66 «Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él

¿Quiénes fueron los desertores?

v.26 «Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis

La perspectiva que Jesús les presentó, hizo que, al no poder seguir chupando de la teta, (los panes y los peces), ellos, de por sí, se apartaran. Ejemplo práctico de qué es lo que significa cortar los pámpanos no fructíferos, o separar el trigo de la paja.

Jn.15:2 «Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto».

Como ya se ha dicho, la Metáfora contiene otras cosas de gran calado que merecen atención, pero subrayo lo expuesto para enfatizar que:

Si un discípulo verdadero llega a ser turbado por las doctrinas falsa que ciertos grupos creen respecto a que la salvación no es segura, sino que se puede perder, y, así, con la mente turbada y condicionada, lee el verso 6, vería confirmados sus temores

v.6 «El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden

Precisamente este es uno de los textos que, fuera de contexto, suelen enarbolar y divulgar quienes están atrapados en semejante error.

Cuando alguien se acerca a una porción de la Palabra, no con la mira de conocer qué dice y qué enseña, sino que, condicionada su mente por ciertos prejuicios, el resultado puede ser nefasto, equivalente a una duda que le atormentará por el resto de su vida, duda respecto a si finalmente será salvo o se perderá.

Tres cosas que el pasaje muestra a grosso modo…

1. Está, La Vid verdadera, Jesús, (v.1a).

2. Tenemos, Al Labrador experto y responsable, su Padre. (v.2b).

3. Hay, no una, sino dos clases de Pámpanos, los que fructifican, alusión a los verdaderos discípulos, (v.8b), y los que no dan fruto, es decir, los que, sin ser, aparentan ser, (v.2)

Respecto de sus discípulos, dijo el Señor, v.3«Vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado».

Recordemos que Jesús aún seguía en el aposento en el que lavó los pies a sus discípulos, ocasión esta en la que el Maestro declaró con diáfana claridad:

Jn.13:10 «Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todoso, el v.18 «No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.»

Mientras que, en la ocasión de la “Vid Verdadera”, con toda propiedad, Jesús omitió la frase, «aunque no todos y es porque en ese punto Judas ya se había ausentado, (Cf. 13:30)

De manera que aquellos discípulos a quienes Jesús limpió por la Palabra que Él les habló, son los pámpanos que, de propia voluntad, permanecen adheridos a la Vid, (Cf. Jn.6:66, 68-69), los que fructificarán, y en quienes el Labrador, no mediante una tijera de poda, sino por la aplicación de la Palabra, trabajará para hacerlos más productivos. Cf.15:3; 13:10;

A los otros se les identifica como sarmientos estériles que no permanecerán unidos a Jesús, y que, a su tiempo, y por el bien general de la planta, el Padre facilitará los cauces para que se haga manifiesto lo que en realidad son, falsos discípulos, y que salgan por su propio pie.

Jua 15:6 «El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden 

Esos mismos son los versos a los que se aferran los que postulan la doctrina de que, en un momento dado, los salvos en Cristo podrían perderse.

Estas personas se acercan y toman los textos en razón de la utilidad que pueden sacar de ellos, y no tanto por saber por qué Jesús propuso aquella metáfora, y cuál fue su intencionalidad, qué les quiso enseñar; y condicionados por el error de su doctrina ven el v.6, como una especie de clavo ardiendo al que se aferran. ¿Cómo es posible que el que no tiene vida pueda perder lo que no tiene?

A mi entender, ningún pámpano, potencialmente fructífero, por el que corre la sabia de la Vid, (los creyente que poseen la vida que se nutren de la salutífera “savia” de Vida de Dios, que mana del Hijo), se perderá, pues el Padre es el más experimentado Labrador, Quién, por supuesto, laborará en la vida de sus hijos para que tal no suceda, y para que su productividad se acreciente en mayor abundancia de los frutos apetecidos .

Es necesario tener en cuenta que eso de cortar pámpanos y quemarlos, es lo habitual en el cultivo de la vid, (supongo que desde los tiempos de Noé hasta nuestros días)

Quiero decir que, en primer término, el desbroce de la viña, nada tiene que ver con la pérdida de la salvación, sino que es parte propia y natural del cuidado que el Labrador prodiga a su viña, para hacerla más fructífera.

En primer término, es en ese aspecto en que se debe incidir: La contemplación y admiración de la gran pericia, celo, amor con el que el Labrador nos cuida, y en la confianza que esto debe darnos.

Por otro lado, el pámpano malo, además de estorbar el rendimiento de los pámpanos fructíferos, suele desviar nutrientes para generar hojas y más hojas, haciendo de la vida cristiana pura apariencia, cual la “Higuera Estéril”, muchas hojas y nada de fruto que dé gloria al Supremo Viñador.

Jn.15:8 «En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.» Cf. Mt.5:16; 1Pd.2:12.

En segundo lugar, está la otra aplicación, la de aquellos que habiéndose apartado de por sí, se han secado, y son tomados y echados al fuego. ¿Quienes? No hay lugar a confusión. No los verdaderos creyentes, sino los pámpanos estériles, los que de por sí no permanecieron unidos a la Vid. Y la figura de que son echados al fuego, es la evidencia de que no estorbarán más al crecimiento de los pámpanos fructíferos.

Sí que lograron mimetizarse, conviviendo junto con el pueblo de Dios, engañando y confundiendo a todos, menos al Viñador, que bien sabe cómo y cuándo podar su vid, de hecho, ningún texto de la metáfora alegórica habla de salvación, y menos, de la pérdida de la salvación.

Sí que se habla del fruto más o menos abundante de los limpios por la Palabra de Jesús, y de los que no producen frutos, y en última instancia, se habla del destino de los estériles que, tras el proceso de secado, y no antes, acabarán en el fuego.

Insisto: Ya se ha dicho que el tema tiene que ver con el discipulado y no con la salvación del discípulo, al que se le supone salvo por la acción de la Palabra.

Jesús está refiriendo cómo había idealizado el talante de sus discípulos, y cómo su Padre contribuye a la modelación del carácter de éstos. La finalidad última es que Dios sea glorificado.  

Tampoco la idea se enfoca sobre una supuesta posibilidad de que uno de los salvos pueda condenarse. La realidad es que el Padre despeja a su Vid de “parásitos”. No que, en primera instancia los mande al infierno, sino fuera del ámbito de la comunidad de discípulos, donde no se niega que en algunos, antes de quedar listos para ser echados al fuego, pudiera darse un caso de arrepentimiento y fe.

Sabemos que nadie puede perder lo que no tiene, (yo no podría perder las llaves de la cámara acorazada del Banco de España, porque no las tengo ni sé cómo son), pero sí puede, por propia voluntad y libre decisión, perder la oportunidad de ser salvo, oportunidad que le puede llegar en bandeja, y desde su libertad, rechazarla libre y conscientemente.

El Dic. VINE del NT para la voz, G142 (αρω, aíro) usada en Juan en Cp.15, verso 2, y que se traduce «quitará», dice que ésta «se usa de la afirmación del Señor: «Todo pámpano que en mí no lleva (fero) fruto, lo quitará (airo)». Esto no trata de los miembros del «Cuerpo» de Cristo, sino aquellos que, lo mismo que un injerto que no se arraiga, son meros profesantes, que dan solo apariencia de estar unidos al tronco