10. EL SERMÓN PROFÉTICO DE JESÚS. Aplicaciones y exhortaciones finales (I). La parábola de la Higuera.

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El Sermón Profético de Jesús.

Aplicaciones y exhortaciones finales.

Marcos 13:28-37

 

Repaso introductorio.

No ha sido fácil, incluso parecía “que nunca se iba a terminar”, siempre había algo que matizar, pero finalmente hemos concluido la exposición de la parte profética del Sermón del Monte de los Olivos.

Recordamos, Jesús está contestando a las preguntas “¿Cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse?” (Mr 13:4) Los discípulos quieren saber de la destrucción del templo, de Jerusalén, el fin de este tiempo como lo conocemos y la venida del Reino del Mesías.

Jesús sorprende con una respuesta a dos niveles, habla de una destrucción inmediata de Jerusalén pero que no culmina con la inauguración del Reino, y una destrucción escatológica que sí traerá el regreso del Mesías con gran poder y gloria para instaurar el Reino.

En nuestro recorrido hemos dividido el Sermón Profético en las siguientes partes:

Advertencias Generales (13:5-13): Estos son los sucesos que caracterizan el tiempo de ausencia de Jesús. Jesús los califica de “principios de dolores” de parto, por tanto, lo que hemos de esperar es que vayan a más, hasta que se cumpla el tiempo de Su Venida (13:8). Pero no son las señales que identifican el fin de este siglo (13:7).

La abominación desoladora y la gran tribulación (13:14-23): El conflicto escatológico entorno a Jerusalén, donde se manifestará el desolador y habrá gran tribulación. Estas sí son las señales que culminarán con la aparición del Mesías y el comienzo del Reino.

La Segunda Venida con gran poder y gloria (13:24-27): Aquí se describe como, de repente, este mundo maltrecho pero en rebeldía, se detiene súbitamente para ver al Rey glorioso, Jesucristo, que viene en las nubes para juzgar y reinar.

Pero aún nos queda una última parte: las Parábolas sobre el fin(13:28-37). Una serie de aplicaciones y exhortaciones finales del Señor a sus discípulos.

 

Aplicaciones y exhortaciones finales.

En estos versos Marcos hace una selección de lo que fue la enseñanza de Jesús. Solo hay que comparar el evangelio de Marcos con Mateo. Mateo utiliza 19 versos en el capítulo 24 y después añade un capítulo completo con 46 versos. Esto recuerda el carácter sintético de este evangelio, más centrado en la acción y la necesidad de sus primeros lectores (posiblemente romanos). También recuerda algo que muchos predicadores olvidan, un expositor no tiene por qué volcar todo su conocimiento en cada ocasión, sino adaptarse a los que oyen.

Aunque existen diferentes posibilidades, para este estudio vamos a dividir las aplicaciones y exhortaciones finales en tres partes:

La parábola de la higuera (13:28.29). La conclusión perfecta a las profecías sobre Jerusalén y el fin de este siglo.

La certeza de la profecía (13:30-31). Jesús continua recordando que la Palabra de Dios, en este caso la profecía, se cumple Sí o Sí. No hay puntos intermedios.

Una exhortación sobre la necesidad de velar (13:32-37). Es la parábola del dueño de la casa que se ausenta por un tiempo. En realidad la única que recoge Marcos. Las últimas palabras son muy significativas: “Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.” (13:37). Aunque la iglesia no esté representada, los principios expuestos, y sobre todo la necesidad de velar, son igualmente válidos para nosotros. El creyente debe estar siempre preparado para recibir a su Señor.

Pero con estas tres enseñanzas, Marcos menciona varias palabras de Jesús que no dejan de causar cierta polémica y confusión:

– ¿Qué significa “no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”? (13:30). ¿Significa que el Sermón Profético se cumplió en los cuarenta años siguientes?

– ¿Jesús no es Dios? Entonces ¿Por qué no sabe el día ni la hora de Su Regreso con gran poder y gloria? (13:32). Cómo es posible.

En conclusión, tenemos unos versos preciosos por delante, de los que sin duda aprenderemos mucho.

 

El símil de la higuera (13:28,29).

(Mr 13:28) “De la higuera aprended la parábola: Cuando su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.”

Aunque Jesús dice de la higuera aprended la parábola, el significado de parábola aquí no es el de una historia tomada de la vida real que ilustra verdades espirituales, no hay relato, sino que tiene el sentido secundario de símil o comparación: “Aprended la enseñanza que tiene la higuera”.

Jesús habla del momento cuando, con la primavera, la naturaleza despierta, la savia vuelve a correr por las ramas, y empiezan a salir hojas.

Todos nosotros tenemos un calendario en casa, podemos contar con facilidad los meses, las semanas y los días del año, cuánto falta para el cumpleaños, para navidad, para semana santa, para las vacaciones de verano.

Pero para los antiguos era diferente. Ellos miraban al sol, la posición de las estrellas, contaban las lunas llenas, o como dice Jesús aquí, observaban las plantas, los árboles. Así sabían que había llegado la primavera, o cuánto faltaba para el verano o para las cosechas.

(Mr 13:29) “Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.”

“Cuando veáis que suceden estas cosas,” ¿Qué cosas? ¿la higuera echando hojas? No. En este caso las hojas hacen referencia a la abominación desoladora, al conflicto escatológico en torno a Jerusalén, a la gran tribulación de aquellos días, a las señales mencionadas (13:14-23). “Conoced que está cerca, a las puertas,” Es decir, a punto de entrar. ¿Qué cosa está cerca? ¿el verano? No. Se refiere al Rey Jesús y la manifestación del Reino Mesiánico (13:24-27) (Lc 21:31).

Hay traducciones de la Biblia que leen: “Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que Él está cerca, a las puertas.” (LBLA). No es cuestión de manuscritos sino de traducción, si el verbo está cerca hay que entenderlo como neutro o como masculino.

Y de esta manera la enseñanza profética concluye como empieza. Me explico. Empezó con los discípulos preguntando por señales que les ayuden a identificar los tiempos y Jesús enseñando lo que no son señales y lo que sí lo son. Y ahora, termina con una exhortación a discernir las señales. Importante: Si aprendemos esto, evitaremos muchos sobresaltos, angustias innecesarias, embaucadores, y aquellos creyentes que alcancen el final de los tiempos, estarán preparados.

Esta frase, “(Él) está cerca, a las puertas” me recuerdan las palabras de Santiago (5:8,9) “La venida del Señor se acerca.” “El juez está delante de la puerta.” El cristiano siempre tiene que recordar, que con independencia de lo pacífico, lo optimista o lo revuelto y desesperanzador que se muestran los tiempos que vivimos, la venida del Señor por su iglesia es inminente. Puede suceder en cualquier momento.

Una aclaración necesaria. En esto de la higuera, hay un tema paralelo que levanta mucho interés. ¿No es la higuera una mención a Israel? ¿No es la constitución del estado de Israel en 1948 la higuera echando hojas? Sin duda la identificación es tentadora, y tiene su argumento.

Esta interpretación ha servido para afirmar que el retorno de Cristo con gran poder y gloria está muy cerca, y en consecuencia que el arrebatamiento es más inminente que nunca.

Los más atrevidos incluso señalan el tiempo de una generación (40 años, 70 años, depende de la referencia a tomar), desde la fundación del moderno estado de Israel, para que esto ocurra. Sin embargo la realidad es que los cuarenta años se cumplieron en 1988, y los 70 años en el 2018. Ni el arrebatamiento, ni el regreso de Jesús han sucedido.

En este caso, y como E.L. Carvallosa explica1, la higuera es un arbusto que en la Biblia se usa para referirse a Israel (Oseas 9:10), (Joel 1:6,7), pero no siempre es así. Hay ocasiones que se usa con otros propósitos ilustrativos (Is 34:4). Y esta mención de Jesús sería una de esas. Además la forma en que Lucas cita la higuera invita a pensar que aquí no es referencia a Israel: “También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca.” (Lc 21:29,30).

¿Significa esto que el regreso de Israel a la tierra no es un hecho relevante? Tristemente hay cristianos que ven el regreso de Israel como una especie de anomalía histórica, algo que no tiene ningún propósito divino, y parece que se alegrarían si desaparece. Pero no es así, lejos de ser “una anomalía”, su existencia como nación es un hecho relevante, y necesario para que se cumplan las profecías, entre ellas la abominación desoladora, o el conflicto final en torno a Jerusalén. Israel sigue siendo el reloj profético.

 

Notas.

  1. Evis L. Carballosa. Mateo, La revelación de la realeza de Cristo. Tomo II. Pág. 372, 373.